Inauguración: sábado 28 de mayo a las 20.00 h.
La Casa Roja.Espacio Cultural. Garachico
Comisario: CELESTINO CELSO HERNÁNDEZ
A Manuel Bethencourt (La Habana 1931)
y Eladio de la Cruz (Santa Cruz de Tenerife 1934),
por su lucha y sus enseñanzas
Los suaves y, sin embargo, constantes alisios hicieron un día posible la aventura más incierta y atrevida de nuestra historia, la de incorporar un nuevo continente, al mundo conocido hasta entonces. También los alisios, que trajeron de vuelta a los pioneros marinos, hacen cada día realidad el milagro de que Canarias, islas en que nosotros habitamos, situadas en la misma latitud que los desiertos del Sahara, de Libia, de la Península Arábiga, del Thar indio y el altiplano mexicano, entre los 27 y 29º de latitud norte, a poco más de 4º del Trópico de Cáncer, conozcan una vegetación incluso frondosa, y dispongan de las reservas hídricas necesarias. Los alisios suponen, pues, una vida nueva, una esperanza, recursos básicos, y también nuevos aires y nuevos modos.Ahora, nosotros, amantes del arte, nos acercamos con el mismo “espíritu” que rodea a los vientos, que bañan estas islas atlánticas, para traer esta vez las aportaciones de 10 escultores canarios. Son propuestas fruto de la reflexión personal de estos diez artistas, labrada a lo largo ya de un amplio recorrido. Con algunos de ellos –Medin Martín (Breña Alta, La Palma 1955), Francisco de Armas (La Laguna, Tenerife 1960) y Evelina Martín (Arrecife, Lanzarote 1962)– compartí también trabajo, propuestas e ilusiones, hace cerca de cinco lustros, y entonces como ahora siempre con nuevas obras que mostrar y disfrutar. Fue en La Laguna, el mes de noviembre de 1987, cuando ellos, los artistas, y quien les escribe, nos presentamos como “Escultores canarios de los 80”. Varios de los diez escultores participantes emprendían entonces su trayectoria, y otros pocos lo habían hecho apenas un par de años antes, de modo que en conjunto iniciábamos un nuevo momento para la escultura en las islas.
En uno de los ejemplares del singular catálogo, que se editó para la citada muestra, dedicado a Francisco Lasso, (Arrecife 1904 – Madrid 1973) los escultores dejaron impreso de puño y letra lo que deseaban, y esperaban, que les deparase el futuro. Merece la pena reflejar algunas de las dedicatorias: “Algún día, cuando las mentes se abran, comprendamos: que todo es más fácil” (…) “La Naturaleza aconseja: ‘sin tu sombra no eres nadie’” (…) “siento que sea un acontecimiento histórico e importante para el devenir de la vida” (…) “Para seguir en este ‘camino’ que llamamos ‘Arte’” (…) “La próxima, una antológica”.
Hemos sido capaces de hacer el viaje de ida, como los alisios. Ahora nos corresponde el de vuelta, también como los alisios. En esta nueva empresa, con ánimos renovados, con nuevas propuestas, después de un viaje de largos años, incorporamos a algunos escultores, que pertenecen a la misma generación, que los ya citados, pero que no estuvieron en aquella colectiva de escultores. Son artistas –José Darias (Santa Cruz de Tenerife 1959) y Pedro Rodríguez (Arucas, Gran Canaria 1962)– que comparten con nosotros una nueva iniciativa, el colectivo Partecan, con el que venimos realizando encuentros en torno al arte en Canarias, reconocimiento a maestros de nuestra plástica, y ahora también proyectos expositivos. Con Pedro también estuvimos en el 87, si bien entonces él participó como diseñador. A estos últimos añadimos otro escultor de la primera generación –Fernando Mena (Los Llanos, La Palma 1958)– y dos escultoras, algo posteriores en lo generacional –Ana Lilia Martín (San Andrés y Sauces, La Palma 1963) y Dácil Travieso (La Orotava, Tenerife 1963)–, y que sin embargo se han alimentado de similares fuentes, desde su paso, como la mayoría de los que aquí exponen, por la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de La Laguna. Finalmente, hemos invitado a esta propuesta –Alisios– a dos escultores más –Julio Espinosa (Los Realejos, Tenerife 1961) y Santiago González (Santa Cruz de Tenerife 1967)–, que aportan nuevas iniciativas, en los penúltimos pasos que continua dando la escultura, más allá de estas islas y también tierra adentro de las mismas.
Sean pues estas aportaciones de 10 escultores canarios, como unos Alisios en la escultura, en la plástica de Canarias y en la época presente, que debemos afrontar con una intención renovadora, con un ánimo que se mantiene al paso del tiempo. Muchos de estos artistas, posiblemente, se darían por satisfechos con que la sociedad, a la que pertenecen, conozca que están aquí, con sus propuestas escultóricas. Les sería suficiente con que se tenga conocimiento de su presencia, como también de los momentos de ausencia, y que, como sucede con los alisios, tienen un recorrido de ida y también de vuelta, pero que sin embargo son constantes en sus aportaciones. Tengo el convencimiento que, sea cual sea la respuesta, en particular de las administraciones que debieran cuidarles y apoyarles, no cejaran en su empeño, aportando su mejor saber, y manteniendo siempre viva la llama del arte y de la escultura en estas islas.
CELESTINO CELSO HERNÁNDEZ
